Contado en César Augusta por el Comandante Serch.
Mañana ajetreada y accidentada donde las haya, en donde por
diversas razones, estuvimos más rato paraos que el sastre de Tarzán y no
acabamos de coger ritmo, pero las cosas vienen como vienen y así las contamos.
Amanezco el último de la fila en el tren Chu-chu a las 8,35 hora
zulú ya casi se marchaba la expedición, por lo que después de un rápido buenos
días, empezamos ruta.
Veo 3 nuevos rostros que no conozco, clientes de la tienda
de Joaquín, triatletas, con alguna Iron-man ya hecha en sus piernas, por lo que
digo bueno estos no andarán mal del todo, ya sabéis como es la guasa Almogávar.
Rantamplán que hacía
días que no veía y que empieza a poner el grupo en fila de a uno, ya que en
llano parece el AVE Zaragoza-Madrid a
todo gas. Rafa que enseguida se pone a charlar con un triatleta (le interesa el
tema últimamente). Mi hermano Maccanan pequeño que sufrirá en los primeros
compases de la jornada más que una parturienta dando a luz, al igual que Tork
que también asoma entre el pelotón de ese día. El Super como siempre sobrao y
de blanco, que salió el día anterior y no
quiere mucha guerra ese día. Raúl venido desde Santa Isabel para acompañar al
Super y que no se perdiera (aunque al final acabaría perdiéndose él jaja). Alex
nuestro querido profesor de spinning del California y por fin los 2 comandantes
el Napolitano venido desde Brasil hace poco y el que suscribe.
Marchamos hacia María de Huerva por el camino habitual, no
sin antes debatir con los iron-maños que eran más partidarios de ir por el
monte y no tanta carretera insípida que hacemos nosotros. No les falta razón
pero como nuestra ruta es nuestra y somos Almogávares, vamos por nuestro
camino, faltaría más jj.
Pasado María, empezamos a subir las primeras rampas, en
donde Maccanan pequeño va subiendo poco a poco, acompañado al principio por
TorK y yo que no le pierdo de vista porque la sangre tira mucho. El Napolitano
me acompaña y vamos a poca distancia y los demás van por delante.
En la bifurcación de la Vallovera para decidir hacer la
larga o la corta, decido ir por la derecha para hacer la larga que nos lleva a
los molinos del final de la Plana y el camino está bastante mal. Han echado
mucha piedra este verano y hay que ir en fila de a uno, yo sigo por detrás con
my brother, con Tork y el Napo. Los demás se adelantan un poco y al llegar a
otra bifurcación, todos tiran hacia la derecha y nosotros nos damos cuenta que
ese no es el camino. Hay un agujero enorme que tapaba la vía buena y no se
habían dado cuenta (claro no la habían hecho nunca y el Super no se fijo??? Qué
raro!....) No podemos avisarles y decidimos seguir por el camino bueno los 4 últimos de
Filipinas, cuando nos damos cuenta que Alex nos ha seguido visto que no lo
tenía claro ¡chico listo!.
Llegamos al final y la tropa que no viene, llamamos pero no
hay cobertura, en fin que tardamos unos 20 minutos en localizarlos y que vinieran,
primera anécdota del día. Rafa había subido todo un cuestón y una vez arriba
como no estábamos, bajo a buscarnos y como no nos vio volvió a subir jajaja. Todo
un amigo este Rafita!!! que es el que más entrenó ese día.
Bueno después de contarnos lo sucedido, cruzamos la Plana en
busca de la bajada del Montañés, ¡¡estaba casi lisa!! No había escalones ni
muchas piedras, se puede intentar subirlo, pero claro yo sigo atrás con mi sangre
y al final de la bajada del primer tramo del Montañés, veo que el Napolitano
está tirado en la cuneta, ha roto una de las ruedas del cambio trasero y se le
ha doblado la patilla, en fin!!! Un desastre, con él estamos los 5 de antes más
el Super que esta vez se ha quedado con nosotros, los demás han seguido camino.
Tenemos que dejar el cambio fijo, arreglamos cadena y podemos seguir con mucho
cuidado de no romper la cadena o tardaremos 3 horas en volver a casa.
Justo cuando partíamos aparece Rafa, que después de hacerse
todo el barranco de bajada, se ha venido por la pista a buscarnos porque le
había llamado el Super. Doble recorrido de nuevo y otros 15 minutos de parón
(que por cierto mi hermano agradece bastante).
No acaban las parodias, porque cuando seguimos ruta,
Rantamplán, Tork y Raúl deciden bajar por el barranco de la derecha que hacemos
siempre, pero el resto del grupo como el Napolitano no puede decidimos ir por
la pista normal y juntarnos al final.
Llegamos al final del barranco, allí nos esperaban los
triatletas que llevaban ni lo sé parados jaja. Pobres, que habrán pensado de
nosotros. Y los 3 del barranco que no aparecen.
Esperamos un rato y como ya no lo vemos normal y no podemos
contactar por teléfono, nos vamos dejándolos a la suerte de los buitres u otras
alimañas del barranco.
Bajamos hacia Zaragoza, no sin parar antes unas 3 o 4 veces
porque se le atrancaba la cadena al pobre Napolitano que bajaba al ritmo del
chico pequeño del Boss con la bici, pero al final sobre las 12,45 llegamos a Zaragoza
para tomar una cerveza (algunos) en el bar de los abuelos, que por cierto nos
invitó un iron-maño y se lo agradecemos desde aquí.
Los iron-maños prometieron que volverían a salir a pesar de
las desgracias del día. Con Raúl y Rantamplán contactamos y al final habían
llegado antes que nosotros a Zaragoza y de Tork no sabemos nada. Esperemos
llegara sano y salvo o en su defecto, R.I.P.
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