Crónica de Sammy.
Zaragoza-Alagón-Figueruelas-Epila-Muel-Zaragoza.
VALOR DOBLE
9 de la mañana, stop. Palacio de la Aljafería, stop. Por
orden de aparición, Jorge alias fleky/pulsaciones, Miriam la guerrera, Súper y
Sammy comando Santa Isabel, Ismael el granaino, Jesús el dopao y Nano. Más
tarde se une al espectacular elenco de protagonistas Miguel el de la Canyon.
La mañana pintaba fresca y al punto de situación acuden los
susodichos. El Súper muy desentrenado aparece cubierto hasta las cejas, solo le
falta la manta zamorana. El resto (todos muy puntuales) cada uno de su madre y
su padre….. a excepción de Jorge que conjunta muy bien pantaloneta pirata,
calcetines rodilleros y maillot blanco a juego con el color del cielo un poco
encapotado.
Antes de salir, Ismael que no ha hecho los deberes antes,
pide una bomba para calibrar sus neumáticos y Jesús pide la asistencia mecánica
de Nano y Jorge porque el plato grande no le entra. Subsanados estos
problemillas bastante rápidos y tras
descubrir que Miriam el día anterior se atiza 102 km, empieza la excursión Almogávar.
Entre pitos y flautas y a la altura del antiguo Alcampo, dos
grupetas nos han pasado como demonios y tras un intento de acoplarnos, comprobamos
que no es nuestra guerra del día y optamos por marcar nuestro ritmo y proseguir
nuestro plan.
Relevos muy buenos y el aire que empieza con las suyas. Tráfico
muy escaso y a pesar de la amenaza constante de lluvia la mañana para ser 23 de
Noviembre parece una bendición del señor. Hasta este es Almogávar.
Parón técnico, aproximadamente a mitad de camino, en una
gasolinera de Epila. Alguno bromea con el gasolinero para que le meta 10
euricos de gasolina con plomo, menos Miguel el de la Canyon, que con su peso
opta por pedirle sin plomo. Meadica en los servicios que huelen a cuadra, foto
y avituallamiento sólido.
Reanudado el camino lo duro está por llegar…. rectas largas y
relevos cortos porque ahora el aire sopla con más fuerza. Miriam acusa el
esfuerzo del día anterior y Jesús nos desvela que ha tenido problemas toda la
semana y en menos de un km se tiene que ver obligado a tomarse gel y barrita
para poder seguir (llevaba también un mes sin salir y eso se nota).
Llegamos a la carretera Valencia sin otra novedad y ahora la
bajada como de costumbre y con aire favorable la hacemos deprisa.
Nuestro objetivo para entonces es llegar pronto al bar para
poder juntarnos con Andrés, Boss y Napo. Cuando llegamos nos dan la mala
noticia de que se acaban de ir…. una lástima. Y lo peor es que no se han dejado
pagado nada para los que llegamos después.
Entre una cosa y otra caen dos cubitos de brebaje mágico. Entran fenomenal entre risa y risa.
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